El Arroz Argentino Pierde Competitividad y se Reduce la Siembra
El sector arrocero argentino, especialmente en la provincia de Entre Ríos, enfrenta una crisis que podría resultar en una contracción del 15% en la superficie sembrada para la próxima campaña. Además, se prevé la salida del 17% de los productores, según lo advierte Jorge Paoloni, ex presidente de la Federación de Entidades Arroceras.
Este panorama adverso es el resultado de una combinación de factores estructurales y coyunturales. Entre ellos, se destacan la caída de los precios internacionales, una elevada presión impositiva, el encarecimiento de la energía eléctrica y serias deficiencias logísticas que afectan directamente la rentabilidad del cultivo.

Retos Económicos para los Productores
Paoloni señala que, a pesar de que el arroz tuvo un buen rendimiento este año, con precios que oscilan entre los u$s200 y u$s210 por tonelada, los costos de producción son insostenibles. Mientras otros países como Uruguay, Brasil y Paraguay pueden exportar con rentabilidad a esos precios, en Argentina los sobrecostos hacen que la actividad sea inviable.
Uno de los principales problemas es el riego, cuyo costo de energía eléctrica puede representar hasta el 33% del costo total por hectárea en Entre Ríos. La empresa distribuidora provincial, ENERSA, impone cargos fijos que encarecen el servicio. Aunque los productores utilizan electricidad solo tres meses al año, deben pagar facturas los nueve restantes, lo que crea una carga financiera considerable.
Presión Impositiva y Necesidad de Infraestructura
A los altos costos de energía se suma una estructura impositiva complicada. Paoloni critica la decisión del gobierno provincial de elevar al 5% la alícuota de ingresos brutos sobre el sector, lo que afecta tanto a productores como a industrias arroceras. Según sus estimaciones, la presión tributaria total supera el 50% si se consideran IVA, cargas sociales e impuestos provinciales.
Además, los insumos agropecuarios son notablemente más caros en Argentina que en países vecinos, lo que incrementa aún más los costos. La falta de infraestructura portuaria adecuada limita el acceso a los mercados, obligando a los productores a transportar sus productos a puertos en Rosario o Buenos Aires, donde los costos logísticos pueden consumir cualquier posibilidad de ganancia.
Un Llamado a la Acción
Paoloni advierte que la solución no radica únicamente en el tipo de cambio. Aunque una devaluación podría mejorar los ingresos por exportación, es crucial reducir los sobrecostos internos y crear un entorno competitivo. Esto incluye adecuar las tarifas eléctricas para riego, revisar la carga fiscal sobre la producción primaria y reactivar la infraestructura portuaria regional.
El productor argentino cuenta con la capacidad, tecnología y experiencia necesarias, pero necesita un entorno económico y logístico que no penalice su esfuerzo. En Entre Ríos, la cadena arrocera se encuentra en una encrucijada. Si no se implementan medidas urgentes, la reducción de superficie sembrada será inevitable, con la consiguiente pérdida de productores y empleos.
El arroz es una economía regional estratégica que ofrece un alto valor agregado y una fuerte demanda laboral. Sin embargo, sin competitividad interna ni condiciones externas favorables, el riesgo de un retroceso significativo es real y creciente.